Sin que él personalmente me sea muy simpático -no me los son en general los jueces estrella-, lo que está ocurriendo es como un ultimo epígono de nuestra guerra civil, que un grupúsculo fascista (los herederos de la Falange) pueda parar la Ley de la Memoria Histórica, que viene a hacer justicia a los miles de muertos por los militares levantados contra un gobierno legitimado por las urnas, la II Republica, es una verguenza. Resulta que desde nuestros tribunales se ha juzgado a Pinochet y a los militares golpistas argentinos y ahora no se puede hacer justicia sobre nuestros golpistas que, por lo demás, sería de manera testimonial ya que todos están muertos.
Es un espectáculo triste que nos recuerda que ha habido recambio generacional hasta en los militares pero no en la judicatura, en donde todavía hay jueces que juraron lealtad al antiguo régimen y la mantienen.
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